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Comienza el curso escolar y con ello una nueva etapa de aprendizaje y crecimiento para los más pequeños. Desafortunadamente, la proporción de niños con trastornos del aprendizaje ha incrementado mucho en los últimos años.
Algunos niños pueden tener dificultades con algunas asignaturas o materias puntualmente, convirtiéndose en un problema con solución, gracias al refuerzo, las técnicas de estudio y voluntad por parte de los estudiantes, profesorado y familia.
Cuando los niños se esfuerzan, tienen motivación y capacidades psíquicas, pero no logran los resultados académicos esperados, podría ser signo de un trastorno del aprendizaje.
El TDAH, o Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad es un trastorno neurobiológico de carácter crónico. Es el más frecuente en la infancia, entre un 3 y un 7% de niños en edad escolar lo presentan. Al llegar a la adolescencia, el trastorno continuará en aproximadamente un 80% de los casos, y persistirá en la edad adulta en más del 50% de los afectados, siendo más frecuente en varones.
Los trastornos del aprendizaje, si no son detectados a tiempo, no se diagnostican de manera correcta y no son tratados de forma adecuada, exponen al niño a repetidas experiencias fallidas, pudiendo reducir la motivación por el aprendizaje y favoreciendo la aparición de problemas asociados que afectan la autoestima y el bienestar emocional del niño.
Es importante destacar que hay comportamientos habituales durante esta época infantil, como no tener periodos de atención largos si la actividad que están realizando no les gusta o ser niños muy movidos. Esto nos puede hacer dudar sobre si es un Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad o no lo es. Generalmente, si el niño tiene buenas relaciones y comunicación con sus compañeros y familia, no se trate de TDAH.
Cuando se da una detección temprana e intervención especial apropiada, la mayoría de los niños y adolescentes pueden superar o aprender a compensar los problemas escolares que se hayan podido presentar.
El tratamiento del TDAH debe ser multimodal, implicando a profesionales clínicos, profesores, padres y el propio paciente. Se requieren de distintas intervenciones y se debe tener en cuenta que ninguna de estas intervenciones es exclusiva; no puede, ni debe sustituir a las demás
- Intervención psicológica: terapia cognitivo-conductual
-Intervención educativa o escolar: psicoeducación, manejo conductual y apoyo pedagógico.
- Intervención familiar: psicoeducación y entrenamiento de los padres.
- Intervención farmacológica.
En Instituto Incia en Clínica del Remei contamos además con una unidad de estimulación cognitiva para dar soporte terapéutico a los niños con TDAH. Es un método de entrenamiento que, sustentado en el concepto de neuroplasticidad, busca fortalecer las distintas áreas cognitivas del paciente
Mediante la estimulación cognitiva se entrenan cuatro grandes áreas:
Se considera imprescindible para el abordaje del TDAH una cooperación estrecha entre padres o tutores legales, pacientes y escuela. Al ser un trastorno crónico, se debe tener en cuenta que serán necesarios continuos planteamientos terapéuticos ante situaciones problemáticas de nueva aparición, individualizando el plan terapéutico de acuerdo a los síntomas y a los objetivos concretos de cada momento.